Comenzamos preparando el fermento previo mezclando medio vaso de agua con un vaso de harina y una pizca de levadura de panadería Maizena. Removemos con el tenedor, cubrimos con film transparente y dejamos reposar a temperatura ambiente durante 16 horas.
Transcurrido el tiempo de reposo añadimos 150 g de puré de calabaza, medio vaso de leche templado 40 s en el microondas, tres cucharadas de leche condensada, el resto de sobre de levadura Maizena, 50 g de mantequilla derretida, tres cucharadas soperas de azúcar y unos 400 g de harina de fuerza. Primero trabajamos con un tenedor y finalmente amasamos a mano añadiendo más harina si es necesario para que nos quede una masa elástica que no se pegue a las manos. Formamos una bola y dejamos reposar, a temperatura ambiente, cubierta con un paño húmedo durante dos horas.
Amasamos de nuevo y extendemos sobre un papel de horno con la ayuda del rollo de amasar. Formamos una plancha gruesa de unos 18x25 cm y la pintamos con mantequilla derretida. Espolvoreamos con una mezcla de 1 taza de nuez molida y media taza de azúcar y enrollamos.
Colocamos el rollo dentro de un molde alargado cubierto de papel de horno y cubrimos de nuevo con un trapo húmedo dejándolo reposar otras dos horas. El rollo ocupará todo el molde y se levará considerablemente durante el reposo.
Finalmente horneamos durante 25 minutos con el horno previamente calentado a 190 ºC