Listas en 20 minutos aunque tardaremos menos en comerlas.
En un bol mezclamos una taza y media de harina con medio sobre de levadura, dos cucharadas de azúcar blanquilla y una cucharada de azúcar avainillada. Añadimos una taza escasa de nata de montar (35% materia grasa) y la ralladura de un limón que las hará muy fresquitas.
Amasamos a mano y añadimos un poco más de harina si es necesario. Formamos un rollo de unos cuatro centímetros de diámetro y cortamos en medallones de 1 cm de grosor. Colocamos sobre la bandeja de horno cubierta con papel y aplastamos ligeramente con las manos enharinadas. Pintamos con un poco de leche.
Horneamos durante 10 minutos en el horno previamente calentado solo la parte de abajo y cuando metemos la bandeja encendemos la de arriba.