Para empezar picamos una cebolleta muy fina y la pochamos en una sartén con un poco de aceite. Cuando esté quedando transparente añadimos 300 g de picadillo y removemos a fuego medio. Cocinamos y escurrimos la grasa.
Preparamos la polenta según las instrucciones del envase, en este caso yo he utilizado una polenta instantánea. He puesto a hervir tres tazas de caldo y cuando estaba en ebullición he añadido una taza de polenta y una pizca de sal. Se remueve durante un minuto (cuidado porque salta un poco) y se deja reposar un poco.
En una fuente de horno extendemos una capa de polenta, la capa de picadillo y cebolla y otra capa de polenta. Rallamos queso por encima y espolvoreamos con pimienta.
Por último horneamos durante 20 minutos en el horno a 180 ºC