La elección adecuada del bonito dará a este plato todo su sabor, para ello pedimos en la pescadería que nos corten una rodaja de bonito para hacerla a plancha (aprox. 1,5 cm de grosor) preferiblemente de la zona delantera ya que esta suele ser más jugosa que la cola.
Ya en casa, ponemos una sartén amplia y de fondo grueso a calentar con un poco de aceite de oliva y cuando esté caliente pasamos la rodaja entera previamente salada. Cocinaremos el bonito rápidamente haciendo que coja su color dorado característico por los dos lados. Una vez preparado lo sacamos de la sartén y aprovecharemos el aceite para confitar la cebolla.
Pelamos, lavamos y cortamos en láminas finas una cebolla grande y la echamos en la sartén en la que hemos cocinado el bonito con un poco de sal añadiendo un poco más de aceite. Además añadiremos un pimiento entreverado previamente pelado y partido en láminas. Bajamos el fuego y dejamos que se haga la cebolla y el pimiento muy lentamente removiendo de vez en cuando. Lo mantenemos así al menos cuarenta y cinco minutos.
Por último colocamos encima de la rodaja de bonito la cebolla y el pimiento confitados dejando que se fundan los sabores.
Este plato resulta ideal si lo dejamos enfriar unas horas y le damos un último toque de dos minutos en el microondas ya que así el bonito se terminará de hacer por dentro y no lo habremos sometido a una larga cocción que nunca es adecuada para este pescado.
