Como estamos en época de cebolletas, empezamos cortando una bien grande en aros muy, muy finos. Los colocamos en una fuente amplia y bañamos con un vaso de leche mezclado con una cucharadita de vinagre. Dejamos reposar una hora asegurándonos que queden bien impregnados.
Después de una hora preparamos una mezcla con 150 g de harina, una cucharadita de sal, pimienta negra molida, pimentón dulce y un poco de pimentón picante. Mezclamos bien para que la harina quede bien especiada.
Ponemos una sartén amplia a calentar con abundante aceite de oliva, freímos un diente de ajo y cuando esté bien caliente, apartamos el ajo y vamos incorporando la cebolla rebozada en la mezcla de harina formando nidos, la doramos rápidamente y colocamos sobre papel absorbente para que desprenda el aceite.
Servimos formando una montaña. Mmmmmm!