Aros de piña sobre un lecho de azúcar moreno caramelizado sirven de base a un bizcocho que se voltea una vez horneado. Lo que estaba abajo queda arriba.
Para hacer este pastel es necesario un molde de fondo grueso, en este caso he utilizado un molde de 20 cm de diámetro con los bordes altos ya que el bizcocho alcanza una altura de 8 cm.
Comenzamos derritiendo a fuego suave 30 g de mantequilla mezclada con dos cucharadas de azúcar moreno. Removemos hasta que el azúcar se derrita y después dejamos sin remover hasta que se empiezan a formar burbujitas. Retiramos del fuego.
Colocamos cuatro rodajas de piña en almíbar completamente escurridas sobre el caramelo y reservamos mientras preparamos el bizcocho.
Comenzamos separando las claras de las yemas de dos huevos. Montamos las yemas con las varillas de la batidora a velocidad baja, añadimos 175 g de azúcar blanquilla y seguimos batiendo. Continuamos añadiendo 200 g de harina tamizado con un sobre de levadura Royal, lo añadimos dividiéndolo en tres partes. Añadimos una parte de harina, 100 g de yogur natural, otra parte de harina, 50 ml de aceite de oliva y la última parte de harina.
Batimos las dos claras a punto de nieve y cuando estén firmes las añadimos con la espátula a la mezcla anterior y vertemos sobre la piña caramelizado
Vertemos en el molde y horneamos a 180 ºC en el horno previamente calentado colocando el molde sobre la rejilla a media altura. Horneamos 45 minutos.
Sacamos del horno y dejamos templar diez minutos sobre una rejilla para enfriar. Damos la vuelta sobre la fuente de servir y la piña caramelizada quedará en la parte superior.