Comenzamos haciendo cuatro bollos de pan. Para hacerlos necesitamos:
120 ml de cerveza sin alcohol.
15 g de levadura levital.
1 cucharada de azúcar.
1 cucharadita de sal
260 g de harina de fuerza.
40 ml de aceite de oliva.
Comenzamos haciendo el fermento para ello templamos los 120 ml de cerveza durante 30 s en el microondas, añadimos la cucharada de azúcar, la cucharadita de sal, una cucharada de harina y la levadura. Lo mezclamos todo bien y dejamos reposar durante 15 minutos.
Una vez que ha reposado, vertemos la mezcla anterior sobre el resto de la harina y añadimos 40 ml de aceite templado 15 s en el microondas. Amasamos a mano hasta formar una bola que no se nos pegue a las manos. Dejamos fermentar durante 30 m en una fuente engrasada cubierta con un paño húmedo.
Amasamos de nuevo y damos forma a cuatro panes de hamburguesa. Dejamos reposar de nuevo cubiertos durante 30 m.
Adornamos con unas semillas de sésamo y horneamos durante 5 m en el horno previamente calentado a 200 ºC solo la parte de abajo. A continuación encendemos la parte de arriba y horneamos 10 minutos más.
Para el relleno, laminamos una cebolla grande y la rehogamos en una sartén con un poco de aceite y sal. Cubrimos y confitamos a fuego lento durante 45 minutos.
Abrimos los panecillos y colocamos unas rodajas de tomate, unas hojas de lechuga, un poco de salsa ali-oli, la hamburguesa hecha a la plancha con queso fundido, salsa barbacoa y por último la cebolla confitada.
En este caso, una vez más, las comparaciones son odiosas.