Comenzamos mezclando 100 ml de vino blanco con 50 ml de aceite de oliva suave y una pizca de sal. Lo mezclamos bien con las varillas de mano y añadimos una yema de huevo y 50 g de mantequilla a temperatura ambiente. Lo mezclamos y vamos incorporando poco a poco 250 g de harina tamizados con una cucharada de levadura Royal. Finalmente amasamos con las manos hasta obtener una masa elástica. La ponemos en un plato y cubrimos con un paño húmedo. Reservamos al menos una hora en la nevera.
Para hacer el relleno picamos 150 g de nueces y añadimos tres cucharadas de azúcar moreno. Para hacer que la masa se haga una pasta añadimos dos cucharadas de infusión de anís. Para hacer esta infusión calentamos una tacita de agua hasta que hierva y echamos una cucharadita de anises en grano. Dejamos infusionar cinco minutos y colamos.
Pasado el tiempo de reposo, estiramos la masa, sobre la superficie de trabajo previamente enharinada, con el rodillo de amasar. Conseguimos una lámina fina y cortamos con el cortapastas tiras largas de unos 10 cm de ancho. Colocamos una cucharadita del relleno, extendemos y envolvemos la masa dando dos vueltas. Para sellarlas ponemos un poco de agua al final y aplastamos con el tenedor por los extremos y por la costura.
Freímos en abundante aceite de oliva suave en el que calentaremos una corteza de limón. Para freírlas agitamos la sartén para conseguir que queden más hojaldradas. Damos la vuelta y las sacamos dejando escurrir sobre papel absorbente. Espolvoreamos con azúcar glacé si nos agrada.
