Comenzamos haciendo un bizcocho que después enrollaremos sobre la crema de mascarpone.
Para hacer el bizcocho separamos las claras y las yemas de cuatro huevos y las montamos por separado. Al montar las claras el volumen aumentará considerablemente, las yemas nos quedarán mas blanquecinas y espumosas. Añadimos 75 g de azúcar y un sobre de azúcar avainillado a las claras montadas, incorporamos con una espátula las yemas a las claras y vamos introduciendo en la masa poco a poco con la espátula 100 g de harina tamizados con una cucharadita de levadura. Horneamos 12 minutos a 180 ºC en una fuente cubierta con papel de horno. su tamaño debe ser algo menor que la bandeja del horno.
Sacamos el bizcocho del horno y lo volcamos sobre un trapo humedecido. Retiramos el papel de hornear que nos quedará en la parte superior. Para que se separé bien humedecemos el papel con agua. Enrollamos el bizcocho sobre el trapo humedecido y dejamos enfriar.
Para preparar la crema batimos con el tenedor 200 g de queso mascarpone y mezclamos con 200 ml de nata montada con dos cucharadas de azúcar. Para montar la nata debe tener un 35% de materia grasa y utilizaremos la batidora con el accesorio habitual (el de los purés).
Finalmente desenrollamos el bizcocho,lo humedecemos con un descafeinado solo cargado (así será apta para todos los públicos) y lo untamos con la crema. Volvemos a enrollar y espolvoreamos con cacao puro valor. Dejamos enfriar en el frigorífico.