Se hacen rápidamente así que comenzaremos poniendo el horno a calentar a 220 ºC para que coja temperatura.
Con las varillas de la batidora a velocidad baja batimos dos huevos hasta que aumenten su volumen y queden cremosos. Añadimos 175 g de azúcar y continuamos batiendo con las varillas.
Mezclamos 175 g de yogur natural semidesnatado con 50 g de queso mascarpone, lo mezclamos bien con el tenedor y lo añadimos a la masa anterior poco a poco y seguimos batiendo con las varillas. Incorporamos media cucharadita de canela y por último 200 g de harina de trigo tamizados con un sobre de levadura. Lo añadimos por tandas y sin parar de batir.
Vertemos la masa en moldes de magdalenas que previamente hemos introducido en moldes de flan. Bajamos la temperatura del horno a 200 ºC y horneamos 20 minutos colocando los moldes sobre la rejilla a media altura (podemos encender la parte alta del horno para dorarlas los últimos tres minutos). Sacamos del horno y desamoldamos.
Calentamos una cucharada de mantequilla y disolvemos en ella 20 g de azúcar. Colocamos pequeñas porciones encima de cada magdalena e introducimos un minuto en el horno ya apagado pero con calor residual.