Para hacerlas comenzamos batiendo dos huevos mezclados con 150 g de azíucar blanquilla y 20 g de azúcar avainillado. Es conveniente utilizar la batidora con las varillas y batir y batir durante al menos cinco minutos. Así conseguiremos que las magdalenas nos queden esponjosas como nos gustan a todos.
A continuación añadimos 60 ml de yogur líquido de limón y continuamos batiendo. Ahora es el momento de añadir 175 ml de aceite de oliva virgen extra mientras continuamos batiendo (nos viene bien un ayudante).
Por último, añadimos, cucharada a cucharada, 200 g de harina tamizados con medio sobre de levadura Royal.
Tapamos la masa y la guardamos en la nevera. La podemos hacer por la mañana y horneamos por la tarde o al día siguiente.
Para hornearlas, calentamos el horno a 250 ºC durante 15 minutos. Sacamos la masa de la nevera, la removemos a mano usando las varillas y rellenamos casi hasta arriba una docena de cápsulas de magdalenas colocadas dentro de moldes de silicona o metálicos. Introducimos en el horno a media altura sobre la rejilla y bajamos la temperatura a 220 ºC. En 20-25 minutos estarán listas.