Comenzaremos preparando la base. Para ello mezclamos 150 g de harina de fuerza con medio sobre de levadura de panadería Maizena, templaremos 50 ml de leche en el microondas durante 20 s y lo añadimos a la harina, lo mezclamos y añadimos otros 50 ml de aceite templado con una pizca de sal. Amasamos a mano y cuando obtengamos una masa lisa la tapamos con un paño humedecido y empezamos a preparar el relleno.
Echamos un poco de aceite de oliva en una sartén honda y cuando va calentando picamos un diente de ajo en trozos muy pequeños, añadimos 600 g de espinacas cortadas y bien lavadas y removemos durante 10 minutos para que vayan perdiendo el agua. Cuando hayan reducido su tamaño añadimos 100 g de queso feta cortado en dados (como este queso es bastante salado no es necesario añadir demasiada sal). Removemos y mezclamos bien el queso con las espinacas, añadimos dos cucharadas de crema de leche espesa, un poco de pimienta negra recién molida y por último dos cucharadas de uvas pasas sultanas. Mezclamos bien y dejamos reposar.
Encendemos el horno a 180 ºC y vamos estirando la masa sobre un papel de horno. Colocamos el papel con la masa en una fuente de hornear cubriendo la base y la paredes para poder cerrarla por los laterales.
Sobre la masa vertemos el relleno de espinacas escurriendo el líquido sobrante, aplanamos y doblamos los laterales hacia dentro. Por último colocamos unas tiras de masa pequeñas sobre el relleno y horneamos 40 minutos en la rejilla del horno colocada a media altura.
Podemos aumentar las cantidades de la masa y poner el doble de ingredientes para conseguir una empanada cerrada.